La violencia se recrudece cada vez más en las calles de la mayoría de las ciudades de Irán. El número de muertos se eleva a al menos 13, con una suma indeterminada de heridos y centenares de detenidos. Esta ola de protestas iniciadas hace cinco días por la oposición por motivos económicos: por la subida de precios, el desempleo y la corrupción. Según los medios locales, varios grupos de manifestantes armados han intentado asaltar comisarías de policía y bases militares, después de prender fuego a edificios públicos y centros religiosos. En un intento de frenar las protestas... el gobierno ha bloqueado las redes sociales. El presidente de Irán, Hasan Rohaní, acusa a los enemigos de Irán de instigar las manifestaciones, en una clara alusión a Israel, y amenazante dice que las autoridades no tolerarán más desordenes públicos. Desde Estados Unidos, Trump ha reaccionado aplaudiendo estas protestas. Asegura que "es el momento de un cambio en Irán", al que llama el Estado número uno en patrocinar el terrorismo. Esta la peor ola de disturbios en el país desde 2009 cuando el pueblo salió a las calles en contra de la reelección del entonces presidente Ahmadinejad.