La primera ministra británica, Theresa May, propone a los líderes de la Unión Europea que los europeos con cinco años de residencia en el Reino Unido mantengan su estatus de establecimiento permanente. El resto de residentes también podrá regularizar su situación. Alivio para los más de 200.000 españoles que viven en el país británico. Algo que no comparten los 300.000 británicos que disfrutan del sol en nuestro país. Uno de cada tres pensionistas británicos reside en España. El miedo de perder acceso a la sanidad pública española comienza a preocuparles.