El incendio de Portugal está lejos de ser controlado. Más de 2.000 efectivos trabajan en la extinción del fuego. Hay cuatro frentes activos y dos son especialmente virulentos. Durante toda la madrugada el fuego ha continuado, sin piedad, calcinando más casas en el centro de Portugal, ante la impotencia de los vecinos. Cercados por las llamas, nadie ha pegado ojo, y ya van dos noches seguidas. Varias aldeas enteras sí han sido evacuadas y sus vecinos realojados en centros como el Pedrogao, epicentro del devastador incendio. En Pobrais se vivió un auténtico infierno. Sus vecinos intentaron huir por la carretera 236 pero se convirtió en una ratonera mortal en la que fallecieron, carbonizadas, familias enteras.