Más de 50 muertos y alrededor de 60 heridos es el balance provisional de víctimas del incendio que ayer por la tarde se inició en el término del municipio portugués de Pedrógão Grande, en el centro del país y que todavía continúa activo en cuatro frentes. "Se trata de la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos", ha declarado el primer ministro de Portugal, Antonio Costa. A media tarde, el incendio comenzó como un fuego de bajas dimensiones, pero debido a la baja humedad y el fuerte viento se convirtió en un incendio imposible de controlar. Según las autoridades lusas. El fuego se propagó de una forma tan rápida que no tiene explicación. La zona por la que se extendió el incendio cuenta con varias aldeas cercanas, y el fuego sorprendió a algunas personas en sus casas y no pudieron escapar a tiempo. Pero la peor escena sucedió en una carretera rodeada de vegetación que se convirtió en una ratonera donde 18 personas, entre ellas familias enteras, murieron atrapadas en sus coches. Por el momento todos los fallecidos son civiles, entre las decenas de heridos hay cinco en estado crítico, se trata de cuatro bomberos y un niño. Tanto como España como Francia han enviado aviones contra incendios a la zona que se sumarán a los cerca de 700 bomberos portugueses que trabajan en la extinción.