Es el momento más crítico: los golpistas atacan el parlamento. Un helicóptero rebelde ya ha abierto fuego sobre el cuartel de las fuerzas armadas. Los sublevados han tomado el principal aeropuerto en Estambul y, arma en mano, el mayor canal estatal de televisión. Su objetivo, acabar con la era Erdogan y establecer una junta de gobierno. Según las autoridades turcas, lo tenían todo planificado, hasta los nombres para el control de los puestos estratégicos. Pero todo fracasó, en una cadena de errores difíciles de explicar. Primer gran fallo: no neutralizar al Jefe del Estado.