Eran poco antes de las ocho de la mañana. El aeropuerto Zaventem de Bruselas estaba muy concurrido cuando se producían dos explosiones consecutivas. Dos estallidos en la terminal de salida cerca de los mostradores de facturación. Se desataba el pánico. Con la humareda de fondo los pasajeros intentaban huir. Las autoridades hablan de al menos un terrorista suicida... y se podría haber encontrado algún explosivo sin detonar. Algunos testigos cuentan que antes de las explosiones se habrían escuchado disparos. "La explosión fue como una ola. No tuvimos duda de que era un ataque terrorista”, comenta uno de los testigos del ataque.