El fantasma de una nueva recesión mundial se ha paseado estos días por el Foro Económico Mundial que cada año acoge la pequeña población suiza de Davos. El temor a una repetición a menor escala de 2008, esta vez causado por la desaceleración china o la caída del petróleo. Otros problemas como el de los refugiados también ha estado presentes. Los hombres más ricos del mundo han podido sentir por unas horas algo parecido a lo que han sufrido miles de migrantes que huyen de la guerra.