Se le buscaba desde hace siete meses, tras huir por un túnel de 1.500 metros de longitud de la cárcel de máxima seguridad de El Altiplano. Era la segunda vez que se escapaba de una cárcel mexicana. Pero el chapo Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo, ha vuelto a ser detenido en México, tras siete meses de búsqueda infructuosa. Porque Joaquín Guzmán se ocultó en la frondosidad de la Sierra Madre, en el noroeste mexicano. Un territorio controlado por él mismo y los suyos y donde casi nadie se atrevería a delatarle.