Un grupo cercano a Al Qaeda se ha atribuido el ataque de Bamako (Mali). Las fuerzas especiales rastrean a fondo las 190 habitaciones y los pasillos del Radisson Blu y ayudan a salir a los últimos rehenes. Uno de esos rehenes a salvo es español. Los primeros 20 fueron liberados por los propios terroristas. Les dejaron libres porque sabían recitar partes del Corán en árabe. Otros lograron huir. En la entrada siguen tapados con mantas los cadáveres de los dos vigilantes del local acribillados por los yihadistas que habían llegado horas antes en un coche de matrícula diplomática disparando sus armas automaticas.