Con rabia y dolor miles de personas homenajean a las víctimas en un país que hoy está de luto por el peor atentado de su historia. Pero la policía no permite a algunos partidos pro-kurdos y organizaciones cívicas acceder a la explanada. Hay enfrentamientos y algunos heridos. Finalmente les dejan pasar para colocar flores, con las que recuerdan que ayer, casi a la misma hora, la plaza se teñía de sangre. Lágrimas y conmoción ante una masacre que ha dejado decenas de muertos y más de 200 heridos.