Apareció en la carrera por liderar el laborismo casi en el último momento. Animado por compañeros que querían ampliar el debate interno con uno de sus símbolos más a la izquierda, más irreductibles. Y Jeremy Corbyn ha roto todos los pronósticos en apenas cien días de campaña con su clara victoria de este sábado para liderar el partido con el 59,5 por ciento de los votos de los militantes.