Uno de los países que ha asistido a la Cumbre que ha presidido Angela Merkel es Macedonia, cuya frontera se ha convertido en el paso de miles de inmigrantes.Van hacinados en los vagones de un tren que cruza el país dos veces al día, en una travesía que dura cinco horas hasta que llegan a la siguiente etapa del viaje: Serbia. Desde allí, continuarán hasta Hungría, donde una vez sorteadas las concertinas que está instalando el gobierno, no necesitarán un visado para recorrer Europa. Según las Naciones Unidas, una media de 2000 personas atraviesan Macedonia todos los días.