La tragedia comenzó así. Un policía detiene el vehículo de la mujer por no poner el intermitente en un cambio de carril. El agente le pide que apague el cigarrillo que está fumando. Pero la mujer se niega. Le dice que baje del coche. Es en ese momento cuando comienzan los gritos. Ella se vuelve a negar y el agente intenta sacarla por la fuerza. La mujer accede cuando el policía la apunta con su pistola. Cuando baja del coche pide hacer una llamada pero no se lo permiten y deja su móvil encima del capó. A partir de este momento no vemos más a la mujer pero escuchamos los gritos y el fuerte forcejeo. Sandra Bland, de 28 años, acabó en la cárcel. Tres días después la encontraron muerta en su celda. La versión oficial dice que se suicidó ahorcándose. La familia niega que Sandra fuera capaz de quitarse la vida. Las Autoridades de Texas han iniciado una investigación para averiguar qué ocurrió realmente.