Rezan en silencio. Por Mustafá, por Suleimán y así hasta 8.100 barones musulmanes ejecutados por las fuerzas serbobosnias hace veinte años. Un oración a la que se unen líderes internacionales de 90 países como Bill Clinton, que también con estas flores rinde tributo a las víctimas. Un gesto que imita el primer ministro serbio, abucheado por los 50.000 asistentes. Aleksandar Vucic abandonó el acto antes de tiempo, después de que los asistentes le lanzaran piedras y botellas.