Con camisa y sin corbata, gafas de sol y chicle en la boca. Así llegó el presidente norteamericano a ver un partido de béisbol en Washington. El Congresional Baseball Game se juega cada año desde 1909. Obama no se lo ha querido perder este año. Le gusta el béisbol y se le veía muy cómodo. Sonriente posó para una foto con todo el que se lo pidió. Nada de aglomeraciones. Barack Obama pudo sentirse un aficionado más. Saludó, siguió saludando a los dos equipos y a la gente en las gradas y terminó saludando. Un buen rato para el presidente de Estados Unidos.