Muchas de estas mujeres son las madres de esas más de 200 niñas que hace un año fueron arrancadas de sus brazos por el grupo yihadista Boko Haram. Han hecho una sentada y han pedido al presidente de Nigeria, que cumpla su palabra de devolverlas con vida antes de dejar su cargo el próximo 29 de mayo. Estos niños tampoco se quedaron parados. Han marchado hasta el ministerio de educación para pedir que nadie se rinda en esta lucha por la liberación de las estudiantes de Chibok.