Sarkozy saca pecho y revalida su triunfo de una manera holgada en la segunda vuelta de las elecciones departamentales del país galo. De esta manera frena el avance de la ultraderecha y derrota a una izquierda que se convierte en la gran perdedora de los comicios. La izquierda cae en picado y pierde la mitad de sus departamentos.