Decenas de personas se reunieron espontáneamente anoche en el centro de Túnez para recordar a las víctimas del atentado terrorista.

Frente al teatro muncipal, encendieron velas y mostraron pancartas y carteles de repulsa al ataque terrorista contra el museo del Bardo que acabó con la vida de 20 personas, 18 de ellas turistas extranjeros. Un ataque con un claro objetivo por parte de los terroristas: boicotear el despertar económico de este país del norte de áfrica, cuyo principal fuente de ingresos es el turismo y que en plena transición tras la primavera árabe comenzaba a regenerarse.