La Justicia turca juzga a partir de hoy a 35 seguidores del Besiktas de Estambul acusados intentar derrocar al Gobierno durante las protestas que sacudieron el país en el verano de 2013 surgidas en la emblemática plaza Taksim. Los ultras del Besiktas encausados pertenecen a la peña radical Carsi y se enfrentan a penas de cadena perpetua, al imputárseles también los cargos de pertenencia a un grupo armado, resistencia a la autoridad y posesión de armas. A las afueras del tribunal, se han dado cita cientos de seguidores del club turco para mostrar con cánticos y consignas su apoyo a los enjuiciados. Organizaciones de derechos humanos como Human Right Watch han denunciado este macro proceso al considerarlo un "flagrante mal uso" de la Justicia penal. Entre las pruebas de la acusación para sostener que los hinchas blanquinegros estaban involucrados en actividades criminales se incluye el hecho de que comprasen pizzas y albóndigas para otros manifestantes.