Con palos y barras de hierro se enfrentan a las fuerzas de seguridad. Atacan sus vehículos. Van a la caza del policía. Han golpeado a uno entre los gritos de quienes piden que no lo hagan. La ira prende, y se extiende, en las calles mexicanas durante las protestas por la desaparición de los 43 estudiantes de Magisterio. En Chilpancingo, los manifestantes han quemado una sede del PRI, el partido del presidente Peña Nieto. El infierno de los familiares dura ya mes y medio. El padre de uno de los desaparecidos dice: "Estamos cansados, pero no nos vamos a rendir". Sin dar pistas se mantienen, tras su detención, el maquiavélico alcalde de Iguala y su esposa. Los últimos exámenes forenses revelan que los restos de las fosas no son de los jóvenes. Pero la fiscalía los da por muertos.