Con una masiva participación cercana al 90 por ciento, los escoceses han dicho no a la independencia. Lo han hecho por amplia mayoría, mucho mayor de lo que se esperaba, por más de 350.000 votos, y en casi todos los condados, arrasando en Edimburgo. Los unionistas han ganado con el 55 por ciento de los votos frente al 44 de los separatistas. Los primeros análisis políticos atribuyen la victoria del no a la movilización del electorado más silencioso y al miedo a lo desconocido que hubiese supuesto la independencia.