Estos bomberos corren para asistir a una familia, cuya casa ha sido alcanzada por un misil en Gaza. Al entrar, gritos de angustia. La vivienda, todavía invadida por el humo. Este hombre intenta extinguir el fuego con lo que puede. Finalmente consiguen apagar las llamas. Los equipos de emergencia recogen el cuerpo herido de uno de los miembros de la familia. Rápidamente lo llevan al hospital, con la esperanza de salvarlo. Pero el cuerpo está totalmente carbonizado, y llega la desesperación de los familiares. Ya son cerca de 1300 los palestinos muertos desde que empezó la ofensiva israelí, hace menos de un mes.