Ha sido el día más sangriento desde el inicio de la ofensiva israelí. Al menos un centenar de palestinos han fallecido, la mayoría civiles y entre ellos varios niños. Israel ha bombardeado la casa del dirigente de Hamas en Gaza, y también la única central eléctrica de la Franja. Ahora casi el 90% de la población se ha quedado sin electricidad. Y así ha quedado una vivienda en el campo de refugiados de Jabalya, al norte de Gaza. Cada día se vive esto: cadáveres envueltos en sábanas, hospitales abarrotados y funerales multitudinarios. Y mientras el ejército sigue lanzando misiles hacia Gaza. Desde el 8 de julio más de 1200 palestinos han muerto, y entre ellos, más de 200 niños.