Los homenajes continúan en todo el mundo con duras palabras para los responsables del ataque. "Lleva la huella de la maldad humana", dice el arzobispo de Sidney. El dolor y la rabia van de la mano en las familias. Muchos no quieren ir a Ucrania, porque dicen que verían a los asesinos paseando. Ira contra ellos y también contra el presidente ruso.