Después de 31 días bajo el mar de los Cayos de Florida, el nieto del explorador Cousteau emerge del agua batiendo el récord de su abuelo. Este es el laboratorio marino en el que ha estado viviendo junto a un grupo de científicos y documentalistas. Tiene 13 metros de longitud, equipado con aire acondicionado, acceso a internet, baño y hasta seis literas. Afirma que han aprovechado para investigar el impacto de la contaminación, además de tener una plena y completa visión de la vida marina. En 1963 su abuelo pasó 30 días a nueve metros de profundidad en el Mar Rojo. Esta ha sido su forma de homenajearle.