Noche de tregua en Kiev. Desde ayer, los antidisturbios se mantienen en su sitio, pero sin actuar. Los opositores, por su parte, han encendido de nuevo sus hogueras, pero tampoco atacan a su enemigo. Aunque aprovechan el tiempo reconstruyendo, con sacos, sus barricadas. Calma entre ambos bandos mientras se esperaba el resultado de las últimas conversaciones. Megáfono en mano, uno de los líderes opositores explicaba lo acordado. Les pedía que prolongasen esa tregua hasta mañana, a lo que algunos no ocultaban su reticencia. Pero se trata de una condición indispensable para conseguir que se libere a los detenidos y que el diálogo continúe. Porque su principal objetivo, la celebración de elecciones anticipadas, todavía no se ha conseguido. Aunque Yanukovich ha convocado una sesión especial para el martes para debatir la continuidad de su gobierno la desconfianza es casi total. Y ante un posible engaño seguirán preparándose. Dispuestos a dejarse, incluso, la vida en ello.