Más de 150.000 personas han dado la bienvenida a la primera bendición "a la ciudad y al mundo" del Papa Francisco. Un mundo que el Pontífice ha ido repasando nombre a nombre, conflicto a conflicto, incluso un drama que le ha tocado especialmente el corazón: los inmigrantes que naufragan buscando sus sueños frente a Lampedusa. Y, para todos, ha pedido paz. Pero ha recordado que debemos trabajar por esa paz día a día.