El mayor escándalo político de China en décadas se acerca al final. China quiere convertir el juicio a Bo Xilai en un ejemplo de lucha anticorrupción. El Gobierno no quiere que haya ningún imprevisto en el proceso contra quien fuese uno de los dirigentes más populares del país, y por eso todo está bajo un estricto guion. La vista es la primera de la historia en ser retransmitida oficialmente por internet. Bo niega haber aceptado sobornos del empresario Tang Xiaolin y asegura que previamente se había declarado culpable de ese cargo sin querer.