Con la cabeza atrapada entre los barrotes de este balcón situado a 8 pisos de altura, este niño chino de tan solo 8 años terminó atrapado cuando jugaba a solas. Sus padres no podían oir los gritos porque estaban en el trabajo. Los bomberos llegaron para salvarle y le ataron con un cinturón para cortar los barrotes sin que cayera al vacio.