Cansadas de la inseguridad de su país, más de 100 amas de casa se toman la justicia por su mano. Dejan sus labores y se enfundan en su nuevo uniforme para patrullar de día la localidad mexicana de Xaltianguis, una zona fronteriza donde el narcotráfico ha hecho mella en su seguridad, ante la gran oleada de secuestros, extorsiones y robos. En la zona estas madres dejan sus miedos de lado y buscan un futuro para sus hijos. "Queremos que nuestros hijos crezcan con más tranquilidad, no podían estar ya ni en las escuelas", asegura una de ellas. Sienten como el sistema les ha dejado de lado. "Uno de mis familiares también murió. La impotencia de no poder hacer nada, las autoridades de hecho no hacen nada y nunca hay policías patrullando las calles", afirma otra. Ahora llega su turno. Son ellas quienes defenderán sus colonias con el mayor de los compromisos.