Los bombardeos sobre Vietnam, los más crueles que se recuerdan contra la población civil más indefensa, provocaron historias cuyo se final se escribe hoy, 41 años después. La guerra es cruel, y lo importante: sobrevivir. Seguramente es lo que pensó este anciano vietnamita de 82 años, ahora enfermo, cuando en 1973 huyó hacia la jungla con su hijo Lang, que por entonces tenía tan solo un año. Habían matado a su mujer y a otros de sus hijos. Este hombre que ahora tiene 41 años se ha reencontrado con la civilización. Apenas logra balbucear algunas palabras. Se alimentaban de plantas y animales que cazaban con herramientas básicas. A estos dos supervivientes, que ahora se recuperan en el hospital, nadie les avisó de que la Guerra de Vietnam había terminado.