Casi seis millones de israelíes están llamados hoy a las urnas en unos comicios en los que Benjamin Netanyahu se perfila como ganador. Su boda electoral con la extrema derecha de Avigdor Lieberman y el divorcio de la izquierda le han allanado el camino. El gran dilema es con quién formara su tercer Gobierno. Los sondeos le adjudican 35 escaños de los 120 del Parlamento, insuficientes para gobernar en solitario. De las 32 listas, intentan llevarse a casa el pastel la laborista Shelly Yachimovic, el sionista religioso Naftali Bennet y el centrista Yair Lapid. Netanyahu fue uno de los primeros líderes en depositar su voto, acompañado por su familia. Algo más tarde lo hacía su socio y titular de Exteriores Lieberman. A las doce de la mañana la participación se acercaba al 27 por ciento, el índice más alto desde 1999. Aunque pocas cosas podrían evitar su reelección, Netanyahu no oculta su tensión