Las altas temperaturas están complicando mucho las labores de extinción de los más de 140 de incendios forestales que hay activos desde el pasado fin de semana. En Nueva Gales del Sur, una de las zonas más afectadas, más de un millar de bomberos luchan sin cesar con la ayuda de más de 60 aviones. Pero este verano es uno de los más calurosos que se recuerdan en el país y con los termómetros superando los 40 grados y rachas de viento de hasta 90 kilómetros por hora, les es imposible controlar las llamas.