Las heridas se curan con remedios caseros, pero es un hospital. Los heridos se amontonan, los lamentos reflejan el dolor de la guerra. La guerra se vive calle a calle, pero sin frentes claros. Los disparos de los francotiradores desangran lentamente la ciudad. Alepo resiste más de lo que lo hizo Damasco. Tras 10 días de lucha, se calcula que han huido de ahí cerca de 200 mil personas. Los rebeldes cuentan con lanzagranadas y explosivos, pero poco pueden hacer cuando entran en acción los helicópteros y cazabombarderos. Más de 2 millones de personas viven en Alepo, se refugian donde pueden y guardan ayuno por el mes de ramadán, pero no salen a la calle al caer el sol como en el resto de países árabes.