Murió atacada por un dingo hace 32 años. Su madre no se cansó de decirlo, pero no la creyeron porque el cuerpo del bebé de nueve semanas nunca se encontró. Su historia se convirtió en uno de los procesos más largos y famosos de la historia judicial de Australia. El caso se llegó a reabrir cuatro veces. La madre de la pequeña Azaria fue acusada de asesinato y sentenciada a cadena perpetua. Pasó tres años en la cárcel. El padre fue condenado a 18 meses de prisión por complicidad.