En Grecia, las consecuencias de los recortes son trágicas. Hasta que el Estado no salde su deuda con las farmacéuticas, los ciudadanos van a tener que pagar el 100% de los medicamentos. La nueva imagen en Grecia son pacientes agolpados en los servicios de salud para obtener algo esencial: medicinas. Horas de espera vitales para muchos.