El Banco Central Europeo tiene ante sí un crucial dilema: bajar o mantener los tipos de interés, actualmente en el 1%. Si se deja llevar por los malos datos macroeconómicos recientemenet conocidos: el aumento del desempleo, la caída de la inflación y la inestabilidad financiera, son tres argumentos suficientes para justificar un simbólico recorte de tipos de un cuarto de punto.