El drama en Bélgica se vive, sobre todo, en dos colegios del norte del país. A ellos iban los niños que viajaban en el autobús siniestrado en Suiza al volver de un campamento de esquí. Hoy las escuelas han abierto sus puertas, eso si, custodiadas por la policía. Muchos compañeros han acudido a clase y se han vivido escenas de dolor entre padres y profesores.