Naciones Unidas acusa al presidente Al Asad de no proteger al pueblo sirio y de someterlo "al bombardeo indiscriminado de los tanques y los cohetes". Las explosiones y los disparos no cesan en la ciudad de Homs y en el resto de país. La ONU ha denunciado que cada día mueren en Siria un centenar de civiles en los enfrentamientos. La cifra de víctimas de la represión, desde que comenzaron las protestas hace once meses, supera con creces los 7.500 muertos.