La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, regresó ayer a la actividad política tras 20 días. Con el cuello descubierto y la cicatriz visible de la operación a la que fue sometida por nódulos en el tiroides, Fernández de Kirchner arremetió contra las petroleras por subir los precios del gasóleo, se refirió a la tensión verbal con el Reino Unido a consecuencia de las islas Malvinas y confesó que aparecía con el cuello descubierto para que nadie pusiera en duda que había sido operada.