El buque carguero liberiano Rena se ha partido en dos a causa del fuerte oleaje y después de permanecer encallado cerca de la costa de Nueva Zelanda durante tres meses. La popa del barco se ha separado unos 30 metros de la proa, que continúa sobre los arrecifes a pesar del constante impacto de las olas que han alcanzado los seis metros de altura. La rotura del casco del Rena ha causado la caída al agua de unos 300 contenedores, troncos de madera y otra carga que transportaba.