Los manifestantes desconfían de las promesas de la junta militar. Su discurso no convence. Dice que se mantienen la primera fase de las legislativas para el lunes y se adelantan las presidenciales al mes de junio. Pero para los egipcios inmersos en la segunda revolución en un año no es suficiente. En cuatro días han muerto más de 30 personas y los heridos se cuentan por miles. Dicen los militares que no quieren el poder, pero lo defienden con fuerza desmedida.