Berlusconi llegará este miércoles a Bruselas con los deberes hechos, aunque molesto por las risitas de Merkel y Sarkozy cuando ponían en duda su fiabilidad. Más confiado salió Zapatero del fin de semana: El primer ministro francés dijo que ya no estábamos en el punto de mira, poco ha durado el halago: sólo dos días después nos ha puesto como ejemplo del país que nadie querría ser.