El movimiento de los indignados se extiende como la pólvora por Estados Unidos. Anoche sus quejas llegaron a la capital, a Washington, en una multitudinaria manifestación. "Que paguen las empresas, no a los recortes" es el grito desafiante de la sociedad civil estadounidense contra los excesos del sistema financiero. Los indignados ya están a pocos metros de la Casa Blanca y planean ocupar el Capitolio y el Pentágono.