Los rebeldes ya dan por tomada la capital de Libia. Están eufóricos. Les ha costado más de 6 meses llegar a Trípoli. Ahora, aseguran que controlan un 95% de la ciudad. Ya están en las calles haciendo controles de seguridad. Su enemigo principal, el dictaror Muamar el Gadafi sigue en paradero desconocido, pero dos de sus hijos ya han sido arrestados. La alegría se ha contagiado a los libios que viven en el exterior.