Primeras acciones judiciales contra los responsables de los actos de vandalismo que sacuden Londres desde el pasado sábado. Los jóvenes, cuya identidad no ha sido revelada por ser menores, escondieron sus rostro al salir de los juzgados de Highbury, donde prestaron declaración. Uno de ellos ha negado su implicación en lo sucedido, asegurando que la acusación tiene únicamente tintes raciales. Las condenas oscilan entre diez y dieciséis semanas de prisión. "No hubo ninguna altercado en Lewisham cuando yo estuve allí, pero soy un adolescente negro. Pido perdón por ser un adolescente negro", ironizó.

Los detenidos, un total de 770, son de diferentes orígenes étnicos, y van desde una profesora de 31 años hasta un niño de 11.