Un acróbata chino, Saimaiti Aishan, caminaba sobre un cable a 100 metros de la tierra conectado por dos globos de aire caliente cuando se perdió el equilibrio y quedó colgado sobre el cable con una sola mano. El viento afectaba al equilibrio de los globos, lo que hacía más difícil caminar por el cable que los unía, que tenían una longitud de 15 metros de largo. Finalmente, Saimaiti consiguió llegar a su destino tras volver a recuperar el equilibrio, aunque el desafío resultase ser un fracaso.