Una semana después del doble atentado que sufrió Noruega el viernes pasado, hoy se ha celebrado el primer entierro de las 76 víctimas que murieron a manos del ultraderechista Anders Behring Breivik.

El primer sepelio se ha celebrado en la pequeña localidad de Nesodden, donde 300 personas han llorado la muerte de Bano Rashid, un joven de 18 años y origen iraquí, que llegó a Noruega en 1996.

El funeral de esta joven que se ha convertido en un símbolo de la integración en el país escandinavo, ha estado oficiado por un imán y una pastora, y a él ha acudido el ministro de exteriores, Jonas Gahr Store.