Una gigantesca tormenta de arena ha cubierto la ciudad estadounidense de Phoenix reduciendo la visibilidad de toda la zona casi por completo.

El muro de arena se desplazó por el desierto hacia el sur de la ciudad y descendió en el valle al anochecer. La tormenta podría tener una extensión aproximada de 80 kilómetros.

El Servicio Meteorológico Nacional emitió igualmente un aviso por fuertes vientos, con ráfagas de al menos 100 kilómetros por hora que se dirigían al noroeste del país, afectando a las ciudades de Phoenix, Avondale, Tempe y Scottsdale. Más de una docena de comunidades en la zona estuvieron en alerta de tormenta eléctrica hasta las 23:00 horas.