Las celebraciones por la victoria de Erdogan han acabado en duros enfrentamientos en el sureste de Turquía.

En la ciudad de Diyarbakir, de mayoría kurda, los nacionalistas han salido a las calles a boicotear los festejos de los seguidores del presidente electo. La policía turca ha tenido que emplear cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que arrojaban piedras.